No tan fáciles como parecía, pero exquisitas.

Finalmente me decidí a hacer una de las recetas de mi más reciente libro de ídem:

Las «Pastitas de coco y chocolate»

Aparentemente, era muy sencillo.

• Batir 1 clara a nieve.
• Agregar 200g de azúcar extrafino (asumo que es azúcar impalpable)
• Más 200 g. de coco y 4 cdas. de harina

Por qué me da la impresión de que todo ese coco no va a entrar en la clara?

Quizás fue que el huevo que usé era muy chico, o que perdí parte de la clara al traspasar a un bols más pequeño, la cuestión es que el resultado fue bastante «harinoso» (y eso que no le pude hacer entrar ni todo el azúcar ni todo el coco!)

A esta altura ya tenía muchas dudas, pero proseguí. Sobre papel de aluminio aplasté la mezcla con mis dedos para compactarla.

Y llevé al horno hasta dorar.

Increíblemente, se mantuvieron como unidad. Eso sí, los bordes, sobre todo en la segunda tanda que hice, se me iban rompiendo… (como cuando agarrás una piedra de arena en la playa).

Ahí derretí el chocolate a baño maría y lo desparramé por la parte lisa de las galletitas.

A la heladera.

El chocolate resultó muy útil manteniendo las galletitas enteras (y aporta un gusto fundamental a la combinación)

Con todas las migas que sobraron después hice trufas 🙂

Estas galletitas fueron muy bien recibidas.

Editado: las hice nuevamente, esta vez guiándome en una receta de Sergio Puglia, igual, pero con azúcar granulada. Y a pesar de que el azúcar lo mezclé con el coco y harina en lugar de agregárselo al merengue, la cosa funcionó mucho mejor. No se me rompieron nada 🙂