Probando chiches nuevos.

En esta entrada tengo que agradecer a Silvana, Jorge, Diego y Florencia que me regalaron la bandeja para magdalenas, y a María que me regaló los divisores y los descorazonadores. Sin ustedes, esto no hubiera sido posible.

También agradezco a Elsie y Emma del blog donde saqué la receta, y a Google por hacer de mediador.

Ingredientes secos, ingredientes húmedos…

[La receta es vegana, a excepción del baño de manteca]

Mezclar lo líquido con lo seco (de a poco!). Queda bien líquido (lo que es medio problemático para lo que quiero hacer).

Para hacer la parte de chocolate, dividí en dos la masa (el líquido) y a una parte le agregué cocoa (o cacao).

Ahora viene la parte divertida. Con los cupcakes dividers enchufados en el medio de los pirotines, echar un líquido de cada lado.

Pronto descubrí que se pasaba por abajo… Me dediqué a apretar bien el divisor para que no sucediera.

Después hay que sacarlos y seguir con el resto.

Aparentemente en el horno se da una lucha que gana el chocolate. Invadió todo!

Pero la aventura no termina acá. Antes de saber cómo es el interior de la cosa, vamos a probar el otro juguete: los sacadores de relleno. Habiéndose enfriado un poco las magdalenas, me dediqué a descorazonarlas con los tubitos coloridos.

Se inserta, y se saca. A veces precisa ayuda.

El verde es más grande y se adecúa más.

Todo eso lo rellenamos con dulce de leche…

Para rematar, vamos a cubrir los cupcakes con frosting de manteca.

Que es básicamente manteca ablandada mezclada con azúcar impalpable. Proporciones? De donde saqué la receta decía 2 tazas de manteca y 2-3 tazas de azúcar. No será mucho? Usé mucho menos, medio a ojo.

Finalmente terminadas estas pequeñas bombas.

Como verán, se pueden apreciar los dos colores distintos, aunque no me hayan quedado a la mitad exacta.