Simple y rico.
Generalmente la polenta la hago en el pastel del Crandon.
Si no, invento un poco haciendo la matemática de las proporciones del paquete de harina de maíz.
Esta vez recurrí, en parte, al libro de cocina tradicional uruguaya Nuestras recetas de siempre.
Según este recetario, hay que hervir 1 litro de agua, con sal.
Agregar 1 1/2 t. polenta y cocinar hasta que espese (acá siempre tengo problemas porque se me forman grumos de apurada, y mientras los desarmo la polenta caliente empieza a saltar…).
Lo novedoso para mí es que después de la polenta, se apaga el fuego y se le agregan 75 gr. de manteca, 75 gr. de queso rallado y pimienta.
Se pone la mitad de la preparación en una fuente enmantecada. Mi fuente es muy grande así que no la cubrí del todo.
Se cubre la polenta con jamón y queso. Usé queso Colonia.
Se vierte el resto de la polenta, y se cubre con tuco. No tenía carne picada, así que hice una salsa saltando cebolla y morrón, y agregándole salsa de tomate y condimentos.
Queda muy rica y es abundante. Seis porciones rindió (y somos dos en casa).
Polenta:
- Hervir 1 litro de agua con sal a gusto
- Echar 1 1/2 t. de polenta en forma de lluvia. Cocinar revolviendo siempre hasta que espese
- Retirar del fuego y agregar 75 gr. de manteca, 75 gr. de queso rallado y pimienta
- Colocar la mitad de la preparación en fuente para horno. Cubrir con jamón y queso en fetas y luego el resto de la polenta.
- Echar salsa o tuco por encima
- Hornear para derretir el queso
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