Abandonando la manteca por un rato.

La receta sale de mi casi inutilizado libro «101 deliciosas tentaciones», con el nombre Galletas sanas de avena. Dice que mantiene bajos los niveles de colesterol.

Por un momento pensé que era una de las pocas recetas veganas que venían a parar al blog, pero hete aquí que lleva miel (supongo que habrá formas ingeniosas de evadir este inconveniente).

Lleva, entonces 100 ml de aceite de oliva (1/4 taza)

50 gramos de azúcar moreno (rubia encontré yo) y 2 cucharadas de miel.

Estas tres cosas se calientan al micro o en una olla, hasta que todo se mezcle bien.

Nunca sucedió (lo de mezclarse bien, digo).

Por otro lado se mezcla harina (100 gr. – poco menos de 1 taza), 100 gr. de avena, 50 gr. de pasas, y 1/4 cta. de (y cito) «mezcla de especias para pudín». No seas malo, qué se supone que es eso? Usé canela.

(En realidad se puede ir agregando cada ingrediente directamente al aceite, pero yo los mezclé en el recipiente de la balanza donde iba pesando).

Una vez obtenida la pasta, se pone por cucharaditas sobre papel manteca.

Se me desarmaron un poco, así que las uní un poco con las manos (no me acuerdo si aplasté con tenedor como decía la receta).

Se hornean por 15 minutos a 170 grados, o hasta que doren.

No serán las galletitas pochas, mantecosas y extremadaente dulces a los que uno puede llegar a acostumbrarse, pero son bien ricas y disfrutables.