Crocantes y deliciosas.

Hace unos días, yendo de trabajo hasta la parada de ómnibus, pasé por un quiosco a cargar el celular. Y ahí, frente a mis narices, había unas galletotas de chocolate y de chips que tenían una pinta! «Estan buenas», me dijo la quiosquera, y me llevé una de chocolate ($10).

(Foto robada de mi propio Instagram).

No fue algo deslumbrante, pero estaba rica, y me dieron ganas de hacer galletitas chatas.

No me quedaron nada que ver, aviso, porque la comprada era blanda (y decía que tenía avena), y las que hice quedaron como crocantísimas versiones de galletitas de chips. Pero no por eso tuvieron menos éxito!

La receta sale de acá, pero le hice algunas modificaciones, basándome en parte en los comentarios. Para empezar, hice media receta.

Lleva shaved chocolate. Vendría a ser rasurado, no? En todo caso no había problema, porque es lo que me sale a mí cuando quiero cortar el chocolate en pedacitos, me sale re finito. Fui como pelando con la cuchilla.

La proporción chocolate masa parece acercarse al 1:1 !

Traduje las cucharadas de manteca a 100 gramos, y bajé a menos de la mitad la cantidad de azúcar blanca (lleva blanca y rubia). Le puse una pizca de sal fina en lugar de una cucharada de sal gruesa (o kosher, que ni idea…).

Y, por supuesto, no usé batidora ni mixer, ni nada más que cuchara de madera.

Para que queden finitas, se aplastan con un vaso (que mojé en agua).

Dice 15 minutos de horno (lo pongo siempre a 180 grados), pero estimo que fue menos. Y aún así quedaron crocantes. No sé cómo sería para que quedaran «chewy» como prometía la receta.

Salieron dos asaderas (y eso que era media receta!)

Riquísimas las señoras galletas.

A probarlas.