De licuadora.

Hace poco me gané en un sorteo el libro Educocina, de Diego Ruete y Jimena Folle. Habla de cómo acercar a los niños a la cocina, de educación y filosofía, y al final incluye algunas recetas. Entre ellas estaba la torta de naranja y zanahoria «que no falla». Ya había hecho algunas tortas frutales licuadas, pero nunca mezclando cítricos con zanahoria, así que me decidí a probar.

No tenía naranjas, pero tenía mandarinas. Y la zanahoria estaba congelada rallada. Se precisa una zanahoria, y yo tenía las medidas en tazas. Así que busqué cuánto pesa una zanahoria promedio (alrededor de 100 gramos?), y pesé en base a eso. Mi hijo pequeño me ayudó apretando el botón de la licuadora y agregándole tensión al proceso.

Quedó bonita, pero se me pegó (un problema generalizado que tengo con mis torteras).

Lo bueno de que se me haya roto es que pueden ver el hermoso color que formó, porque parece que no saqué fotos a ninguna porción cortada.

No sé por qué tardó en hacerse y los bordes me quedaron medio quemados. Pero bueno, a mí me gustó!

Fotos de una segunda oportunidad

Qué belleza.