Amorfos, pero deliciosos.

Un día compré un kilo de almendras porque estaban de oferta. Las usé en brownies, en galletitas, las comimos sueltas (siempre me piden mis hijos). Y un día busqué alguna otra receta para usarlas. Encontré estos polvorones, que usan la almendra molida, tipo harina.

Las almendras van tostadas. Puede ser antes o después de molerlas. Yo las tosté ya molidas, en el horno.

También había que secar la harina en el horno, paso que omití olímpicamente.

Agregué la harina de almendras antes que la otra, cosa que no era así. Además, estaba aún caliente, y me derritió un poco la manteca.

La manteca es de cerdo! Usé la manteca común nomás.

Algún cambio más? Sabés que sí.

Se suponía que tenía que formar una masa para estirar. Pero no sé si puse mucha harina, pero supe que era imposible lograrlo. Así que hice bolitas y las aplasté.

No habrán quedado como en la foto original, pero les aseguro que estos polvorones estaban exquisitos.

Sí les digo que a mi hija no le gustaron por el azúcar impalpable de arriba, me creen? Ja

Más para mí.