Arcoiris. O no.
Para el día del niño del año pasado (sí! imaginen que estoy en octubre escribiendo sobre una torta que hice en agosto, para publicar en enero!) quise hacer alguna torta linda. En mi tablero de Pinterest tenía una torta arcoiris que se llenaba de golosinas y quise probar. No, no es la primera vez que hago una torta con sorpresa adentro. Y tampoco esta vez tuvo un gran efecto, jajaj.


Lo que se precisa son dos bizcochuelos redondos, que se cortan a la mitad. Por ende, quedan cuatro semicírculos, de los cuales se vacían dos, los del medio. Conviene pararlos para probar que las alturas sean iguales. A mí me quedaron de distinto ancho! Debería haber dejado los más anchos adentro para que se mantuviera mejor la estructura hueca? No lo sabemos.
La cosa es así: abajo un semicírculo completo. El dulce de leche o buttercream (en mi caso fue ganache, que estaba muy líquido: no lo hagan así en sus casas) se unta sólo en los bordes, para que no se pegoteen los confites. Luego van los dos semicírculos vacíos, también pegados con dulce, y se rellena el hueco con los confites, golosinas, etc. Por último el otro semicírculo completo, y luego se paran para que quede un arco. Se entendió, no?

Por suerte esa cosa poca agraciada que me quedó se puede tapar con un bello merengue.


Una vez que tuvimos el cielo, con mis niños pudimos dedicarnos al arcoiris. Con los elementos que teníamos (comprados en la farmacia de la esquina, jaja) y los colores que había. Y del otro lado hicimos árbol, flor y nube. No nos quedó precioso?
Cortamos y comimos esta torta al día siguiente, cuando el merengue ya se estaba destiñendo! jaja.
Así quedó adentro:

Como ya dije, no hubo efecto. Los confites se pegotearon con el ganache. Pero me divirtió mucho hacer esta torta, y estaba muy rica.