Una pavada estupenda.

Vas bobeando en Instagram, y de repente te encontrás con una receta fácil, y cuyos ingredientes están en tu alacena y heladera. No es fantástico? (de @elgordococina)

Estas palmitas se hacen con masa hojaldrada comprada (si usted quiere hacer su propia masa, lo aplaudo mentalmente), manteca y azúcar.

La primera vez que las hice, tenía una tapa hojaldrada redonda. No me amilané.

Le unté manteca (con los dedos!) y le esparcí azúcar (mezcla de blanca y rubia). Las cantidades indicadas fueron mayores a las que necesité.

Después se enrolla desde dos bordes opuestos hasta la mitad.

Hay que poner la cosa un rato en la heladera para poder cortar mejor.

Cuando empecé a cortar las rodajas, me dije (como tantas veces probando cosas nuevas): esto no funcionó. Menos forma de palmitas no podían tener. Especialmente las puntas, a las que, obviamente, le faltaba masa. Al medio estaba un poco mejor la cuestión.

Allá fueron al horno en chapa enmantecada. Cuando las saqué (10 min. aprox, hasta que se vean doradas), más me frustré, porque el azúcar se había ido todo para abajo y desparramado en la asadera.

Pero luego las despegué con la espátula y las di vuelta, y miren con lo que me encontré:

Quedaron riquísimas!

Así que no se desanimen por el camino, nunca se sabe qué puede pasar al final! Ideal para lucirte en las fiestas 🙂

La segunda vez que las hice, usé masa hojaldrada rectangular y repetí el proceso. No se formó tanto caramelo, pero quedaron prolijas (salvo las que se me rompieron por no despegarlas rápidamente). Ahora, ni idea el gusto, porque el tupper se llenó de hormigas y las tiré todas.

Probé también con nutella, cacao y dulce de leche (pero no todo junto!).