Mi sueño hecho realidad.

Hojeando nuevamente los fascículos de Súper Dulce de Ximena Torres, me decidí a hacer el turrón de maní.

Tenía todos los ingredientes 🙂

Maní (400 gramos – si no recuerdo mal, eran dos tazas). Hay que tostarlo (apenas dorado).

Miel (250 gr., o tres cuartas taza)

Sin fotografiar: 1 1/4 taza de azúcar y 2 claras.

Como estimé que era un proceso que iba a requerir movimientos rápidos, dejé todo bastante pronto:

forrar la budinera con papel manteca…

y batir las dos claras a nieve (con una pizca de sal).

[Sabía usted que las claras se pueden freezar en un recipiente cubierto con papel film? Luego se descongelan sobre otro recipiente con agua caliente].

Bueno, empecemos:

La miel y el azúcar al fuego «hasta llegar a un almíbar a punto bolita flojo». Recomiendo olla grandecita.

Ese punto llegó enseguida. Se prueba echando una pequeña cantidad de la mezcla en un tarrito con agua: si la mezcla mantiene la forma con la que entró al agua, en lugar de esparcirse y mezclarse con ella, está pronto.

Incorporar las claras. Me doy cuenta que esta parte, hasta mezclarlas con el almíbar, se hacía fuera de la hornalla, pero no importa (enseguida vuelve al fuego).

Dice Ximena:

«Revolver permantentemente hasta que la mezcla tome cuerpo y se vea el fondo de la olla al pasar la cuchara».

Dice Magui:

«Se me desborda todo!!!»

Cuestión es que cuando llega a ese supuesto punto se le echa el maní (que debería estar todavía caliente).

Mezclar y apagar el fuego.

Caos, caos!

Al terminar de mezclar, se echa la mezcla en la budinera forrada. No me entró, así que de apuro forré otra tortera.

Es así que, pasado el estrés, uno nota como los colores no coinciden en absoluto con los de la foto original. Chan…

Con Berni igual probamos, una vez que enfrió.

Todo gomoso, pegajoso y muy rico!

Lo que decidí fue volver a poner al fuego toda la mezcla de la budinera (al no poner todo, se hizo más manejable).

De inmediato tomó otro color.

Ahora sí!

Quedó pringoso de todas formas, pero con más consistencia, sin tanto gusto a miel y espectacular.

Llegó para quedarse!

[La siguiente vez que hice este turrón, se me pegó al papel manteca. Quedó precioso, pero re duro!