Verde que te quiero verde.

Acá andamos, abriendo la mente!

Me puse a explorar el blog de donde saqué la receta de torta de porotos. Y encontré algunas cosillas interesantes. Como estas magdalenas verdes, dulces, y riquísimas!

(Ni idea por qué a mí me quedaron más coloridas)

He de decir que no me llevo muy bien con la espinaca. De hecho, sólo una vez hice pascualina, ya que el proceso de lavar, hervir, escurrir, picar y saltar me resulta muy engorroso y frustrante: de siete mil hojas sacás medio relleno!

Así que compro una de las soluciones del mundo moderno: espinaca procesada congelada. Viene como en pellets, tubitos comprimidos, y sólo hay que hervirla. Me quedaba un poco que me dio justito para 3/4 taza. Y ahora que leo la receta, creo que no era necesario hervirla! Sólo descongelarla… O sea que la espinaca es cruda (jaja)

También lleva applesauce, que es un postre de manzanas hervidas. Ya había usado para la torta de chocolate y zapallito, pero esa vez había sido con azúcar, y esta vez debía ser sin. Las recetas por ahí indican una cantidad grande de manzanas y su correspondiente agua. A mí me resultaba complicado calcular cuánta agua poner para una cantidad chica de manzanas… Al final, calculando a ojo lo que precisaba para 1/2 taza de puré, puse una manzana y media y puse el agua suficiente para cubrir los pedacitos. Los herví hasta que estuvieron blanditos, y entonces tiré el agua sobrante y pisé la manzana.

La espinaca y la manzana van a la licuadora con huevos, vainilla y azúcar. No sé si era necesario esto viendo que mi espinaca ya estaba deshecha. Después se agrega la harina y otros menesteres.

Otros detalles: usé harina blanca en lugar de harina integral. Y manteca en lugar de aceite de oliva. Simplemente porque no tenía.

Además, agregué almendras tostadas picadas, con una entera por magdalena para decorar.

Una lindura!

Y la verdad que quedaron exquisitas. Nos las comimos en el correr de 24 horas con Adorados Esposo e Hija (aunque a esta última no le gustaron las almendras! rara…)