Agudizando el ingenio.
Corría octubre de 2020 y mi hijo chico pedía una torta de león para su cumpleaños número 3. Semanas más tarde volví a preguntarle de qué quería la torta. «Ya te dije que de león!» fue la respuesta. No, no se había olvidado (yo sí).
Lo que siguió fue una búsqueda en Pinterest y Google. Hasta ahora venía zafando con tortas bastante genéricas o de formas fáciles que encontraba por ahí (mariposa, pez). Así que esto era un desafío.
Al principio pensé en hacer una torta que encontré en que la melena se formaba con cupcakes alrededor. Pero después decidí inspirarme en ésta:

Preciosa, no? Y seguramente hecha con buttercream y fondant, cosas con las que yo no suelo trabajar.
Para empezar hice un bizcochuelo de vainilla de Marian la que cocina (que ya hice acá, pero esta vez con batidora y todo en regla).
Para el relleno usé dulce de leche y le enchufé almendras picadas (eso por mirar mucho Sugar rush, siempre le agregan algo crocante).

La cobertura fue merengue italiano teñido de amarillo. Y preparé de antemano todos los elementos de la cara (para armar en el lugar del cumple):
Las orejas, hocico y parte exterior de los ojos fue con chocolate blanco. Usé moldecitos (de cupcake) de silicona para lo que se ve bien redondito. Y moldes de galletita forrados en papel de aluminio o directamente mano alzada para lo otro (mano alzada suena re profesional, jaja, pero simplemente fue hacer la forma más o menos sobre papel de aluminio). La parte rosada de las orejas fue chocolate blanco teñido con colorante líquido. La parte de adentro de los ojos son rocklets (pegué todo con chocolate).
La nariz fue chocolate negro «dibujado» sobre papel de aluminio.
Y los bigotes y boca? Cómo hice que quedaran con esa forma teniendo en cuenta mis escasas habilidades motrices?
En un brote de inspiración, bañé spaguettis en chocolate para los bigotes. Y para la boca utilicé un clip, también bañado, doblado a piacere. La profesionalidad, amigos! (Todos los invitados fueron advertidos de qué se escondía bajo esas formas tan encantadoras, y lo no comestible fue retirado inmediatamente después de cantar el feliz cumpleaños)

La parte de la melena fue lo último en hacerse. Por Instagram me habían recomendado usar el pico de manga que se usa para pasto. Una de mis amigas tenía (es uno con muchos agujeritos) y me lo prestó, pero en lugar de pedirle la manga también, me lo traje convencida de que iba a funcionar con las mías. Y no. Intenté usarlo con una bolsa, pero con la fuerza se salía entero para afuera!
Lo que terminó funcionando fueron bolsitas de leche con agujeritos hechos en una punta con escarbadientes. Mi esposo fue el encargado de hacer este trabajo, pero al final, al ver que no era tan difícil, le di más espesor a la melena.

Demás está decir que la torta fue un éxito. Compartir las dudas en Instagram y luego el resultado fue muy divertido. Y, lo más importante, el cumpleañero quedó contento! Cuando la vio armada dijo: ahora sí es un león! (el pobre lo había visto sin melena y andá a saber qué pensó de su madre).
En conclusión, que hay que animarse. Pero la torta de unicornio que pidió mi hija la voy a tener que encargar. Jajaja!
Pingback: Torta de coco | Mis recetas