Qué delicia!

La manteca de maní debe de ser uno de mis ingredientes favoritos. Amo hacerla: me parece maravilloso que algo tan duro como el maní se pueda convertir en una pasta. Con ella he hecho galletitas (varias), «brownies» y bombones. También hice una torta, pero el relleno me quedó mal!

Esta es otra torta, más sencilla, y mucho más rica! La receta la busqué y encontré en Internet (como en los viejos tiempos! jajaj)

Tiene varios pasos: hay que hacer buttermilk (leche con gotitas de limón o vinagre). Hay que mezclar los secos. Hay que poner a hervir manteca con agua (!), a lo que se le agrega la manteca de maní, aceite y luego huevos y buttermilk.

Luego se mezcla lo seco con lo húmedo. Queda bastante líquida la cosa.

Para la cobertura descarté la opción que ofrecía la receta original (más manteca, manteca de maní y azúcar impalpable) y la sustituí por… No sé. No me acuerdo. Habré mezclado manteca de maní con cacao, y azúcar?

Miren qué húmeda que quedó! Raro, no? Pero estaba riquísima, y no se notaba pesada. Más raro fue que la siguiente vez que hice la receta, me quedó más tipo torta, más esponjosa… y rica también.

Ah, no sé. Yo la adopté.